"Quiero que algo de mí perdure después de la muerte."
Ana Frank

31 jul 2012

Les damos la Bienvenida!

Bienvenidos/as al blog "¡Conociendo a Ana Frank!. Ana frank fue una adolescente que a partir de sus 13 años comenzó a escribir en su diario, al cual llamó Kitty, y tiempo después, al ser judía junto a su familia, tuvo que someterse junto a ellos a la clandestinidad. Ana siguió escribiendo en su diario, en el cual ella cuenta sus expectativas, situaciones entre su familia, sus sentimientos, esperanzas, etc. Al estar en la época de la segunda guerra mundial, los Nazis terminaron descubriendo el escondite y Ana y los escondidos fueron llevados a campos de concentración. Sin embargo su diario sirvió como un testimonio histórico sobre la persecusión Nazi y también llevó a ver a cabo como fué la vida de Ana en su momento y las fuerzas que ella tenía para poder afrontarlo. Ana Frank fue y es un ejemplo de vida, esa es la razón de la creación de este blog. Aquí podrán encontrar mucha información acerca de Ana Frank; su vida, sueños y expectativas, el escondite y los escondidos, etc. También encontrarán vídeos e imágenes sobre el tema. Espero que puedan disfrutar y aprovechar de la información.


Atte: Blog "¡Conociendo a Ana Frank!"

30 jul 2012

¿Quién fue Ana Frank?


Ana Frank nació el 12 de junio de 1929 en Fráncfort del Meno, Hesse,Alemania. Fue una  escritura Judía alemana, que dejó constancia en su diario de las experiencias vividas en un desván construido en un edificio de oficinas, mientras se ocultaba con su familia de los nazis en Ámsterdam (Holanda), durante la Segunda Guerra Mundial (1935-1945). Ana fue la segunda hija de Otto Frank (1889-1980) y Edith Hollander (1900-1945), una familia de patriotas alemanes que habían participado en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Huyendo de los nazis, se mudó junto con su familia a Ámsterdam, donde le regalaron un diario cuando cumplió los trece años de edad. Un tiempo después tuvieron que ocultarse en un escondite situado en el canal de Prinsengracth, para evitar los campos de concentración. La entrada al escondite estaba oculta tras una pequeña biblioteca. Permanecieron escondidas ocho personas, desde 1942 hasta 1944, años durante los cuales Ana Frank, dejaba constancia en su diario del miedo que sentía, de la vida en el escondite, de sus esperanzas y deseos de ser escritora. El 2 de septiembre de 1944 fueron descubiertos y trasladados al campo de concentración de Auschwitz (Alemania). Tiempo después, Ana y su hermana fueron trasladadas al campo de concentración Bergen-Belsen, donde murieron de fiebre tifoidea en 1945. Solo su padre, Otto Frank, logró sobrevivir de los campos de concentración, publicando su diario como libro tiempo después, cumpliendo el deseo de Ana.



29 jul 2012

El comienzo


Edith y Otto.
Otto y Edith Frank, los padres de Ana y Margot, después de casarse  se establecen en Fráncfort del Meno. El 16 de febrero de 1926 nace su primera hija: Margot Betti. Al mes siguiente se mudan a Marbachweg 307, una casona situada en un barrio tranquilo de las afueras. En el vecindario viven muchas familias, no sólo judías, sino también católicas y protestantes. Margot tiene muchos niños con quienes jugar. El 12 de junio de 1929 llega una nueva compañera de juego; ese día nace su hermanita Ana, llamada oficialmente Annelies Marie. Toda la familia era judía. Otto Frank, también llamado Pim por Ana, en 1933 ya provenía las consecuencias desastrosas que traería el nazismo en auge para los judíos de su país. Este hombre de recursos comenzó por trasladar sus negocios a la ciudad holandesa de Ámsterdam. 

28 jul 2012

La Segunda Guerra Mundial


La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. En él se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo, incluidas todas las grandes potencias, alineadas en dos alianzas militares opuestas: los Aliados y las Potencias del Eje.  Fue la mayor contienda bélica de la Historia, con más de 100 millones de militares movilizados y un estado de «guerra total» en que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del esfuerzo armamentístico, borrando la distinción entre recursos civiles y militares. Marcada por hechos de enorme significación que incluyeron la muerte masiva de civiles, el Holocausto y el uso por primera y última vez de armas nucleares en un conflicto militar, la Segunda Guerra Mundial fue el conflicto más mortífero en la historia de la humanidad,  con un resultado final de entre 50 y 70 millones de víctimas.
El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia, el primer paso bélico de la Alemania nazi en su pretensión de fundar un gran imperio en Europa, que produjo la inmediata declaración de guerra de Francia y la mayor parte de los países del Imperio Británico y la Commonwealth al Tercer Reich. Desde finales de 1939 hasta inicios de 1941, merced a una serie de fulgurantes campañas militares y la firma de tratados, Alemania conquistó o sometió gran parte de la Europa continental.
La guerra acabó con una victoria total de los Aliados sobre el Eje en 1945. La Segunda Guerra Mundial alteró las relaciones políticas y la estructura social del mundo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada tras la conflagración para fomentar la cooperación internacional y prevenir futuros conflictos.

27 jul 2012

La vida en Ámsterdam


A Otto Frank se le presenta la oportunidad de fundar una empresa en Ámsterdam. Edith, Margot y Ana se reúnen con él en Holanda. Se instalan en una casa que da a la plaza Merwede. Los Frank vuelven a sentirse libres y a salvo. Las niñas van a la escuela, Otto trabaja con afán en su empresa y Edith se ocupa de la casa.
 Al cumplir trece años, el 12 de junio de 1942, Ana recibió un pequeño cuaderno que había señalado a su padre en una vitrina unos días antes. Si bien se trata de un libro de autógrafos, empastado en tela a cuadros rojo y negro, con una pequeña cerradura en el frente, Ana ya había decidido que lo utilizaría como diario. Empezó a escribir en él casi inmediatamente, describiéndose ella y su familia así como su vida diaria en casa y en el colegio. A falta de una "amiga del alma", según Ana, le escribía a su diario como si estuviera dirigiéndose a una amiga, llamaba Kitty a su diario y usaba "Querida Kitty" como frase introductoria en alusión directa a Kathe Zgyedie, una compañera de estudios a quien llamaban afectuosamente "Kitty". 
Pero entonces estalla la Segunda Guerra Mundial. El 10 de mayo de 1940, Alemania invade Holanda. Los Frank están otra vez en peligro. 
Cuando Alemania invadió Holanda y empezaron las redadas de judíos, Otto Frank comprendió que había una sola manera de preservarse de él y a su familia: esconderse.

26 jul 2012

El Escondite


Así fue como en un edificio de almacenes y oficinas de Ámsterdam, se construyó un refugio que era ocultado a los ojos de los demás, mediante una puerta-armario. 


Por supuesto, Otto Frank tuvo protectores: sus socios y algunos de sus empleados fueron el contacto con el mundo exterior mientras duró la permanencia en la “casa de atrás”, como se la llamó. Sus protectores fueron: Miep Gies, Bep (Elisabeth) Voskuijl, Jo Kleiman, Victor Kugler y Jan Gies (esposo de Miep).


 Cuando a Margot le llega una citación para viajar a un campo de trabajo en Alemania, a Otto y a Edith les parece que la situación se ha vuelto demasiado peligrosa y deciden esconderse con sus niñas. 


 Además de los Frank, hay otros cuatro judíos escondidos en la casa de atrás: Hermann y Auguste van Pels, en el libro llamados Van Daan, con su hijo Peter, y Fritz Pfeffer. Cuatro oficinistas de la empresa de Otto ayudan y protegen a los escondidos. Éstos temen cada día que los descubran. Y la vida de ocho personas tan apretujadas no es nada fácil.
Ana, al igual que los demás, no lo tiene fácil en la casa de atrás. No sale nunca fuera, tiene que ser siempre sigilosa. Hay muchas tensiones. En su diario describe sus frustraciones.


Los escondidos no pueden salir fuera: sería demasiado peligroso. Durante el día, las cortinas de la casa de atrás deben permanecer echadas, para que no puedan verlos los vecinos. La única posibilidad de respirar algo de aire puro es a través del ventanuco del desván. Por las noches, las ventanas sí se dejan a veces entornadas. 


A veces, los ocupantes del refugio comentan detalladamente sus deseos acerca de cuando recobren la libertad. Ana los apunta todos el 23 de julio de 1943: 


En la casa de atrás reina al principio un ambiente cordial, pero no tardan en estallar las primeras disputas. Los escondidos permanecen encerrados las 24 horas del día. Cuando hay gente trabajando en el almacén de la planta baja, deben guardar silencio absoluto. Durante el día, tienen que evitar en lo posible tirar de la cadena del inodoro, ya que las tuberías del desagüe pasan por el almacén. La estrechez del refugio y el temor a ser descubiertos hacen que aumente la tensión y se produzcan reiteradas disputas. 


Fuera de la casa, varias personas se reparten una serie de tareas: Miep Gies y Bep Voskuijl cubren las necesidades básicas diarias de los escondidos, Johannes Kleiman , Jan Gies y Victor Kugler velan por su seguridad y se encargan de financiar sus gastos.





25 jul 2012

Pasatiempo de los Escondidos:


Durante el día, los escondidos intentan matar el tiempo comiendo, durmiendo, leyendo y estudiando. Ana incluye en su diario, el 16 de mayo de 1944, una larga lista de lo que lee y estudia cada uno:


El señor van Pels: no estudia nada; consulta mucho la enciclopedia Knaur; lee novelas de detectives, libros de medicina e historias de intriga y de amor sin importancia.


La señora van Pels: estudia inglés por correspondencia; le gusta leer biografías noveladas y algunas novelas.


El señor Frank: estudia inglés (¡Dickens!) y algo de latín; nunca lee novelas, pero sí le gustan las descripciones serias y áridas de personas y países.


El señor Pfeffer: estudia inglés, español y holandés sin resultado aparente; lee de todo; su opinión se ajusta a la de la mayoría.


La señora Frank: estudia inglés por correspondencia; lee de todo, menos las historias de detectives.


Peter van Pels: estudia inglés, francés (por correspondencia), taquigrafía holandesa, inglesa y alemana, correspondencia comercial en inglés, talla en madera, economía política y, a veces, matemáticas; lee poco, a veces libros sobre geografía.


Margot Frank: estudia inglés, francés, latín por correspondencia, taquigrafía inglesa, alemana y holandesa, mecánica, trigonometría, geometría, geometría del espacio, física, química, álgebra, literatura inglesa, francesa, alemana y holandesa, contabilidad, geografía, historia moderna, biología, economía; lee de todo, preferentemente libros sobre religión y medicina.


Ana Frank: estudia francés, inglés, alemán, taquigrafía holandesa, geometría, álgebra, historia, geografía, historia del arte, mitología, biología, historia bíblica, literatura holandesa; le encanta leer biografías, áridas o entretenidas, libros de historia (a veces novelas y libros de esparcimiento).

24 jul 2012

El Arresto


Es el 4 de agosto de 1944. En el cuartel general del Sicherheitsdienst de Amsterdam, entra por la mañana una denuncia telefónica. Atiende el teléfono Julius Dettman, quien imparte al suboficial de turno Karl Silberbauer la orden de dirigirse a Prinsengracht. Éste se lleva como asistentes a cuatro nazisholandeses.

Silberbauer y algunos de sus acompañantes entran en la planta baja del edificio y se dirigen a las oficinas y obligan a Victor Kugler a que los conduzca al refugio.
El personal administrativo se encuentra trabajando en la primera planta cuando, de repente, se abre la puerta. Miep Gies explicará más tarde: "Entró un hombre de baja estatura empuñando una pistola. Mientras me apuntaba, me dijo: «Quédese sentada y no se mueva". Victor Kugler oye ruidos desde la oficina contigua y sale a ver qué sucede: "Vi a cuatro agentes de policía, uno de los cuales vestía el uniforme de la Gestapo". Uno de los policías lo apunta con la pistola y le ordena que se le adelante. Se dirigen a la estantería giratoria y la abren. Con las pistolas desenfundadas, los policías entran en la casa de atrás.
La acción toma totalmente de sorpresa a los escondidos. El momento fatídico ha llegado. Otto Frank relata después de la guerra: «Eran alrededor de las diez y media. Yo estaba arriba, donde los Van Pels, en el cuartito de Peter, ayudándole a hacer los deberes. De pronto, oigo que alguien se lanza escaleras arriba, abre la puerta y aparece ante nosotros con una pistola en la mano. Abajo ya los habían reunido a todos. Mi mujer, las niñas y los Van Pels estaban allí con las manos en alto». Acto seguido, conducen también a Fritz Pfeffer a la habitación.
Los escondidos deben entregar sus objetos de valor. Silberbauer coge el maletín donde Ana guarda los papeles de sus diarios, lo abre y lo sacude para vaciarlo y meter allí las cosas que quiere llevarse. Los papeles de Ana caen al suelo. Otto Frank: "Entonces nos ordenó: « ¡Prepárense, tienen cinco minutos!»". 
Campo de Neuengamme
Los ocho escondidos son llevados a la cárcel de la SD. Los encierran en un gran recinto junto con otros detenidos y luego los interrogan uno por uno. Los policías intentan averiguar si los ocupantes de la casa de atrás y sus protectores saben de otras direcciones donde pueda haber gente escondida. Johannes Kleiman y Victor Kugler callan. Otto Frank responde a la pregunta diciendo que los 25 meses que estuvieron encerrados en el refugio les han hecho perder todo contacto con sus amigos y conocidos y que, por lo tanto, no saben nada.
Luego se separa a los refugiados de sus protectores. Éstos son trasladados al establecimiento penitenciario de la calle Amstelveenseweg, mientras que aquéllos van a parar a la cárcel de Weteringschans, ambos de Amsterdam.
A primera hora de la mañana del 8 de agosto de 1944, obligan a los ocho escondidos y a otros prisioneros a abandonar sus celdas y los llevan en tranvía a la estación central del ferrocarril, donde ya los espera un tren corriente de pasajeros. Janny Brilleslijper es una de las otras prisioneras. En el andén ve a la familia Frank: "Me llamaron la atención el atuendo deportivo y las mochilas de las niñas, como si se fuesen de vacaciones de invierno." El tren transportará a los prisioneros a campo de tránsito Westerbork.
Tras tres días de viaje llegaron a su destino, y los hombres y mujeres fueron separados según su sexo, para no volverse a ver más. 
Junto con las otras mujeres no seleccionadas para la muerte inmediata, Ana fue obligada a permanecer desnuda para desinfectarla, le raparon la cabeza y le tatuaron un número de identificación en el brazo. Durante el día usaban a las mujeres para realizar trabajos forzados y, por la noche, las hacinaban en barracones frigoríficos. Las enfermedades se propagaban velozmente y en poco tiempo Ana terminó con la piel cubierta de costras.
El 28 de octubre comenzó la selección para reubicar a las mujeres en Bergen-Belsen. Más de 8.000 mujeres, Ana Frank, Margot Frank y Auguste van Pels incluidas, fueron transportadas, pero Edith Frank se quedó atrás. Ana pudo juntarse por un breve periodo con dos amigas, Hanneli Pick Goslar (llamada "Lies" en el diario) y Nanette Blitz,. Contaron cómo Ana, desnuda salvo por un trozo de manta, les explicó que, infestada de piojos, se había despojado de sus ropas. La describieron como calva, demacrada y temblorosa, pero a pesar de su enfermedad les dijo que estaba más preocupada por Margot, cuyo estado parecía más grave.
El campo poco después de la liberación
En marzo de 1945, una epidemia de fiebre tifoidea se propagó por todo el campo; se estima que terminó con la vida de 17.000 prisioneros. Los testigos contaron más tarde que Margot, debilitada como estaba, se cayó de su litera y murió como consecuencia del golpe, y que pocos días después Ana también murió.
Tras la liberación de Auschwitz, Otto regresa a Ámsterdam. Durante el viaje se entera de la muerte de Edith. Una vez en Ámsterdam, se dirigie a la casa de Miep y Jan Gies. Tiene la esperanza de que Ana y Margot estén aún con vida, pero luego le llega la noticia de que tampoco ellas han sobrevivido a la guerra. Miep le entrega los papeles que componen el diario de Ana. Ana quería que su diario se publicase después de la guerra, y ese deseo finalmente se cumple.

23 jul 2012

El Diario de Ana Frank


Otto Frank

Al enterarse de la triste noticia, Miep entrega a Otto Frank los papeles de los diarios de su hija. Los ha conservado todo el tiempo en un cajón de su escritorio, con la esperanza de poder devolvérselos a la propia autora. Ahora le dice a Otto: "He aquí el legado de su hija Ana"». 
Otto sí ha iniciado la lectura del diario. Escribe a su madre: "Me cuesta interrumpir la lectura del diario de Ana. ¡Es tan increíblemente apasionante! Nunca se lo prestaré a nadie, pues contiene muchos párrafos que ninguna otra persona debe leer. No obstante, haré un resumen".
En el diario de Ana, Otto lee que ella tenía planes de publicar después de la guerra un libro sobre su encierro en la casa de atrás. Incluso había reescrito ya gran parte de su diario original. Otto Frank duda al principio, pero finalmente decide concretar el deseo de su hija.
Unas de las hojas escritas del diario de Ana
Ya antes, Ana, desde que escuchó a través de Radio Orange al ministro Bolkestein, integrante del gobierno holandés en el exilio, informando que los holandeses guarden sus diarios. Ana, que escucha rodeada de los otros escondidos, no se hace de rogar: se pone enseguida a reescribir el suyo y lo llama «La casa de atrás». Así crece su convencimiento de que debe hacer algo con sus dotes de escritora después de la guerra. Su gran sueño es llegar a ser periodista y más tarde una escritora famosa. Y si luego resulta que no tiene suficiente talento para escribir libros o trabajar en un periódico, siempre le queda la posibilidad de escribir para sí, según cree.
Comenzó a corregir su escritura, a eliminar secciones y a reescribir otras, en vistas a una posible publicación. A su cuaderno original, anexó varios cuadernos adicionales y hojas sueltas. Creó pseudónimos para los miembros del grupo y sus benefactores. La familia van Pels se convirtió en Hermann, Petronella y Peter van Daan; Fritz Pfeffer pasó a llamarse Albert Dussel. Otto Frank utilizó la versión original del Diario, conocida como "versión A", y la versión corregida, conocida como "versión B", para producir la primera versión para ser publicada. Retiró algunos pasajes, sobre todo aquellos en los que se refería a su esposa en términos poco halagadores, así como secciones en las que hablaba de detalles íntimos respecto a su floreciente sexualidad. Restauró las verdaderas identidades de su familia, pero retuvo los pseudónimos de las otras personas
Al publicarse «La Casa de atrás», algunos nombres de personas se modificaron. Ana Frank había adjuntado ya a sus apuntes una lista de nombres cambiados con vistas a una posible publicación. Otto Frank recoge algunos de los cambios y descarta otros. Así, los nombres de los personajes de «La Casa de atrás», quedan modificados de la siguiente manera:
Hermann van Pels = Señor (Hermann) Van Daan 
Auguste van Pels = Señora (Petronella) Van Daan
Peter van Pels = Peter van Daan
Fritz Pfeffer = Señor (Albert) Dussel
Victor Kugler = Señor (Harry) Kraler
Johannes Kleiman = Señor (Simon) Koophuis
Bep Voskuijl = Elli Vossen
Miep Gies = Miep Van Santen
Jan Gies = Henk Van Santen

22 jul 2012

Lo que Ana dejó con su diario:


Albert Hackett escribió una pieza de teatro basada en el Diario, estrenada en Nueva York en 1955, que recibió el Premio Pulitzer de Teatro. La pieza fue llevada al cine en 1959 con el título El diario de Ana Frank.
En 1988, Cornelis Suijk — antiguo director de la Fundación Ana Frank y presidente de la Fundación para la educación sobre el Holocausto de los Estados Unidos — anunció que había obtenido cinco páginas que habían sido eliminadas por Otto Frank del Diario antes de su publicación. 

"La casa de Ana Frank" en 1947
Después de la guerra, la casa de atrás se deteriora y pasa a engrosar la lista de edificios que pretenden derribar. Un grupo de ciudadanos se moviliza, erigiendo la Fundación de Ana Frank. Su principal objetivo: conservar el refugio. Hoy por hoy, la Casa de Ana Frank es uno de los tres museos más visitados de Ámsterdam. En este dossier se relata su historia.
La Casa de Ana Frank abrió sus puertas el 3 de mayo de 1960. Consiste en el almacén Opekta, las oficinas y la achterhuis, sin amueblar, para que los visitantes pudiesen caminar libremente por todas las habitaciones. Se conservan algunas reliquias personales de sus antiguos inquilinos, por ejemplo las fotografías de estrellas de cine pegadas en la pared por Ana, una porción del papel pintado sobre el que Otto Frank marcaba la altura de sus hijas mientras crecían y un mapa en la pared sobre el que registró el avance de las aliados, todo ello protegido ahora por láminas de plexiglás. Desde la pequeña habitación que fuera una vez hogar de Peter van Pels, un pasillo conecta el edificio con sus construcciones vecinas, también adquiridas por la Fundación. Estos otros edificios guardan el Diario, así como exposiciones no permanentes que describen diversos aspectos del Holocausto y muestras más contemporáneas de la intolerancia racial en diversos lugares del mundo. Se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Holanda, y cada año la visitan más de medio millón de personas. 


Otto con la junta directiva de la
fundación en 1957.
En 1963 Otto Frank y su segunda mujer, Fritz, establecieron el Anne Frank Fonds como una organización de beneficencia. El Fondsrecauda dinero para donarlo a las causas que lo necesitan. Después de su muerte, Otto se ha esforzado por educar a los jóvenes contra el racismo y ha prestado algunos de los manuscritos de Ana Frank al Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos en Washington, D.C. para una exposición en 2003. Su informe anual para ese mismo año dio cierta cuenta de su esfuerzo para realizar contribuciones a nivel global, con su apoyo a proyectos en Alemania, Israel, India, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos.
Actualmente la Casa de Ana Frank cuenta con cinco organizaciones asociadas: en el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Austria y Argentina que además de funcionar como facilitadores de las actividades educativas de la Casa de Ana Frank (como la exposición itinerante "Ana Frank una historia vigente") llevan adelante actividades educativas propias.

18 jul 2012

Una de las entradas del diario de Ana:


Martes, 7 de marzo de 1944.
Querida Kitty:


Cuando me pongo a pensar en la vida que llevaba en 1942, todo me parece tan irreal. Esa vida de gloria la vivía una Ana Frank muy distinta de la Ana que aquí se ha vuelto tan juiciosa. Una vida de gloria, eso es lo que era. Un admirador en cada es­quina, una veintena de amigas y conocidas, la favorita de la mayoría de los profesores, consentida por papá y mamá, mu­chas golosinas, dinero suficiente..., ¿qué más se podía pedir?Seguro que te preguntarás cómo hice para ganarme la simpa­tía de toda esa gente. Dice Peter que por mi «encanto perso­nal», pero eso no es del todo cierto. A todos los profesores les gustaban y les divertían mis respuestas ingeniosas, mis ocurren­cias, mi cara sonriente y mi ojo crítico. No había más. Era te­rriblemente coquetona y divertida. Además, tenía algunas ven­tajas por las que me ganaba el favor de los que me rodeaban: mi esmero, mi sinceridad y mi generosidad. Nunca le habría ne­gado a nadie, fuera quien fuera, que en clase copiara de mí; re­partía golosinas a manos llenas y nunca se me subían los humos.¿No me habré vuelto temeraria después de tanta admiración? Es una suerte que en medio de todo aquello, en el punto cul­minante de la fiesta, volviera de repente a la realidad, y ha te­nido que pasar más de un año para que me diera cuenta de que ya nadie me demuestra su admiración.¿Cómo me veían en el colegio? Como la que dirigía las bro­mas y los chistes, siempre haciendo la gallito y nunca de mal humor o lloriqueando. No era de sorprender que a todos les gus­tara acompañarme al colegio en bici o cubrirme de atenciones.Veo a esa Ana Frank como a una niña graciosa, divertida, pero superficial, que no tiene nada que ver conmigo. ¿Qué es lo que ha dicho Peter de mí? «Siempre que te veía, estabas rodeada de dos o más chicos y un grupo de chicas. Siempre te reías y eras el centro de la atención.» Tenía razón.¿Qué es lo que ha quedado de aquella Ana Frank? Ya sé que he conservado mi sonrisa y mi manera de responder, y que aún no he olvidado cómo criticar a la gente, e incluso lo hago mejor que an­tes, y que sigo coqueteando y siendo divertida cuando quiero...Ahí está el quid de la cuestión: una noche, un par de días, una semana me gustaría volver a vivir así, aparentemente despreocu­pada y alegre. Pero al final de esa semana estaría muerta de can­sancio y al primero que se le ocurriera hablarme de algo intere­sante le estaría enormemente agradecida. No quiero admiradores, sino amigos, no quiero que se maravillen por mi sonrisa lisonjera, sino por mi manera de actuar y mi carácter. Sé muy bien que en ese caso el círculo de personas en torno a mí se reduciría bastante, pero ¿qué importaría que no me quedaran sino unas pocas perso­nas? Pocas, pero sinceras.Pese a todo, en 1942 tampoco era enteramente feliz. A menudo me sentía abandonada, pero como estaba ocupada de la mañana a la noche, no me ponía a pensar y me divertía todo lo que podía, intentado, consciente o inconscientemente, ahuyentar con bro­mas el vacío.Ahora examino mi propia vida y me doy cuenta de que al me­nos una fase ha concluido irreversiblemente: la edad escolar, tan libre de preocupaciones y problemas, que nunca volverá. Ya ni si­quiera la echo en falta: la he superado. Ya no puedo hacer sola­mente tonterías; una pequeña parte en mí siempre conserva su se­riedad.Veo mi vida de niña hasta el año nuevo de 1944 como bajo una lupa muy potente. En casa, la vida con mucho sol; luego aquí, en 1942, el cambio tan repentino, las peleas, las recriminaciones; no lograba entenderlo, me había cogido por sorpresa, y la única pos­tura que supe adoptar fue la de ser insolente.Luego los primeros meses de 1943, los accesos de llanto, la so­ledad, el ir dándome cuenta paulatinamente de todos mis fallos y defectos, que son tan grandes y que parecían ser dos veces más grandes. De día hablaba y hablaba, intentaba atraer a Pim hacia mí, pero sin resultado, me veía ante la difícil tarea de hacerme a mí misma de tal forma que ya no me hicieran esos reproches que tanto me oprimían y desalentaban.Después del verano de ese año las cosas mejoraron. Dejé de ser tan niña, me empezaron a tratar más como a una adulta. Comencé a pensar, a escribir cuentos, y llegué a la conclusión de que los de­más ya no tenían nada que ver conmigo, que no tenían derecho a empujarme de un lado para otro como si fuera el péndulo de un reloj; quería reformarme a mí misma según mi propia voluntad. Comprendí que me podía pasar sin mamá, de manera total y abso­luta, lo que me dolió, pero algo que me afectó mucho más fue darme cuenta de que papá nunca Negaría a ser mi confidente. No confiaba en nadie más que en mí misma.Después de Año Nuevo el segundo gran cambio: mi sueño... con el que descubrí mis deseos de tener... un amigo o novio; no quería una amiga mujer, sino un amigo varón. También descubrí dentro de mí la felicidad y mi coraza de superficialidad y alegría. Pero de tanto en tanto me volvía silenciosa. Ahora no vivo más que para Peter, porque de él dependerá en gran medida lo que me ocurra de ahora en adelante.Y por las noches, cuando acabo mis rezos pronunciando las pa­labras «Te doy las gracias por todas las cosas buenas, queridas y hermosas», oigo gritos de júbilo dentro de mí, porque pienso en esas «cosas buenas», como nuestro escondite, mi buena salud y todo mi ser, en las cosas queridas, como Peter y esa cosa diminuta y sensible que ninguno de los dos se atreve a nombrar aún, el amor, el futuro, la dicha, y en las cosas hermosas, como el mundo, la Naturaleza y la gran belleza de todas las cosas hermosas juntas.En esos momentos no pienso en la desgracia, sino en todas las cosas bellas que aún quedan. Ahí está gran parte de la diferencia entre mamá y yo. El consejo que ella da para combatir la melanco­lía es: «Piensa en toda la desgracia que hay en el mundo y alégrate de que no te pase a ti.» Mi consejo es: «Sal fuera, a los prados, a la naturaleza y al sol. Sal fuera y trata de reencontrar la felicidad en ti misma; piensa en todas las cosas bellas que hay dentro de ti y a tu alrededor, y sé feliz.»En mi opinión, la frase de mamá no tiene validez, porque ¿qué se supone que tienes que hacer cuando esa desgracia sí te pasa? Entonces, estás perdida. Por otra parte, creo que toda desgracia vaacompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella, descubres cada vez más alegría y encuentras un mayor equilibrio. Y el que es feliz hace feliz a los demás; el que tiene valor y fe, nunca estará su­mido en la desgracia.


Tu Ana M. Frank

13 jul 2012

Una respuesta personal para Ana:


Respuesta a la entrada del día 7 de marzo de 1944

Ámsterdam, Viernes 10 de marzo de 1944
Querida Ana:

Sinceramente, tu carta me encantó porque veo que analizas y reflexionas de una manera muy sabia, que le ayudaría a cualquier persona que necesita de esperanzas y de felicidad. Seguramente muchas personas se sienten identificadas con vos. ¿Quiénes? Bueno, pues hay dos clases de personas: las que se sienten que están cambiando, ya sea para bien o mal, y aquellas que sienten que su hermana, vecina o amiga lo está haciendo. Verás, la mayoría de las personas cambian por alguna razón, pocas veces podemos saber cuál, pero podemos estar felices si en este caso lo hizo para bien, aunque incómodos o tristes cuando fue para mal. Creo que para este caso la gente debería hablar con esa persona para que cambie de la mejor forma. Algo que aprendí últimamente es que el ser humano es la única especie que puede cambiar su forma de ser o personalidad y que puede esconder lo que es en realidad y mostrarse como si fuera otra persona.  ¡Ana, vos cambiaste en buen sentido! ¿Viste que las personas dicen que con el tiempo las cosas mejoran? Parece ser cierto. Con el tiempo vos fuiste madurando en el escondite y hasta ahora lo sigues haciendo, y eso hizo que te centres en ti misma durante todo este tiempo y cambies para bien. Constantemente reflexiono sobre lo que pasa a menudo, sobre aquellas cosas que ni vos ni yo logramos entender por qué pasan, seguramente piensas lo mismo: solo Dios sabe. Vos también debes saber que de alguna manera Él te ilumina y te ayuda a encontrar la verdad. ¿Tú también sientes esa sensación de calor y luz como un fuego que sale dentro de tu corazón cuando reflexionas y entras en razón sobre todo esto? Hacer esto, es bueno porque es como un consejo que te das tú misma para diferentes ocasiones donde encontrarás distintos obstáculos pero tú debes ser fuerte y valiente y seguir caminado. ¡No te quedes! ¡Debes seguir con la vida!
En mi opinión, antes tenías una autoestima muy alta y eso te hacía muy egoísta con tu alrededor, aunque tampoco te concentrabas tanto en ti misma como ahora. Pero… ¡No estuviste tan mal! Siempre debes encontrar el lado positivo a las cosas aunque sea complicado. Lo bueno es que en ese momento estabas muy segura de ti misma y no te importaba tanto lo que te decían los demás. Podrías ser de gran ayuda para aquellas chicas que tiene el corazón triste y desesperado pidiendo ayuda porque tienen una autoestima muy baja, algunas hasta padecen de burlas en sus escuelas, otras no aceptan como es su cuerpo y no comen. ¡Qué feo! ¿no? ¡Y todo porque se preocupan de lo que les diga la gente! Pero ellas no tienen la culpa, la gente también es muy discriminadora. Lo sabemos perfectamente.
Estoy de acuerdo contigo en que en aquellos momentos malos o tristes lo mejor es encontrar un refugio en lo mágico y natural de la naturaleza. ¿Mágico? Porque si te concentras en los ruidos y sonidos y la belleza del paisaje te vas a sentir fuera del mundo real aunque lo estés; y natural, porque es lo más hermoso que hay en el mundo, y además ¡es real! Cuando una persona se imagina en la naturaleza, se siente como en un sueño en el paraíso, con mucha paz y soledad. ¡No crees que todas las personas necesitamos eso en algún momento de nuestras vidas, especialmente, ahora, en la guerra? Te da tranquilidad y ganas de seguir la vida, es el ingrediente esencial que necesitamos ahora.
Me alegra muchísimo que tengas un amigo, o sea Peter, con quien puedes compartir tus sentimientos e intercambiar opiniones. Eso es muy bueno ya que los amigos son como un tesoro que debemos cuidar; en él podrás contemplar el brillo que resplandece constantemente iluminando tu vida.
¡Consejo! Sé que, como todas las adolescentes, tenis problemas con tu mamá y por ahí no estás muy de acuerdo con sus opiniones, pero por algo existen las madres. Trata de mejorar tu relación con ella porque tu mamá siempre te va a querer y apoyar pase lo que pase. Aprovecha tu tiempo con ella. ¡Piénsalo!
En fin Ana, sé fuerte siempre y contágiales esa fuerza a los demás  ¿si? Recuerda que estás rodeada de gente que te quiere mucho y eso vale un montón. ¡Sé positiva! Después de la oscuridad siempre habrá una luz que te iluminará. ¡No pierdas la fe y sigue rezando a Dios porque Él no te va a abandonar y siempre te va a recibir con los brazos abiertos!
Con muchísimo cariño… 

¡Tu querida Kitty! ☺

P.D.: ¡Nada en el mundo es imposible! Se comenta que la guerra terminará pronto. Pase lo que pase, vive la vida como si fuera el último día. ¡Espero tu próxima carta!